Wednesday, August 30, 2006



Günter Grass, el artista inmoral

http://www.lanacion.com.ar/opinion/nota.asp?nota_id=835265


Por Guy Sorman
Para LA NACION



Haber servido en las SS a los 17 porque era forzoso hacerlo es algo comprensible. Sin dudas, Günter Grass no tuvo alternativa. Haberlo ocultado durante 60 años, distribuyendo mientras tanto lecciones morales entre los alemanes, denunciando en todas partes a los nazis o a los sospechosos de serlo y a los neonazis y a los criptonazis, resulta más sorprendente. Un tour de force que el propio Günter Grass ha sido incapaz de explicar, tanto en su silencio como en su confesión.

Sesenta años de mentira, entonces, que ilustran hasta qué punto es posible ser simultáneamente un gran artista y un hombre de gran inmoralidad. Tal vez sea perturbador para el espíritu, pero es común que, en un solo movimiento, alguien pueda convertirse en mago de las palabras, las formas y los sonidos y se despoje de todo sentido moral, incluso de un sentido común elemental.

Recordemos, siempre en Alemania, que artistas indiscutibles (Leni Riefenstahl, Arno Breker, Wilhelm Furtwangler, por ejemplo) se acomodaron bastante bien al régimen nazi. Si hacemos una excursión por Francia, recordaremos -nunca lo suficiente- que Jean-Paul Sartre, durante toda la Segunda Guerra Mundial, se olvidó de protestar contra el nazismo y el antisemitismo. Günter Grass se inscribe dentro de esa tradición esquizofrénica. A menos que, como Sartre, se sitúe, gracias a su condición de artista, por encima de toda moral.

Pero en este asunto, un asunto en primer lugar alemán, si el artista es culpable no lo es más ni menos que su público y que los medios idólatras. Porque Günter Grass, por fuera de sus novelas (a la vez espectaculares y con frecuencia muy ilegibles), en el transcurso de su fenomenal carrera pública no dejó de adoptar posturas preocupantes. "Hombre de izquierda", absolutamente de izquierda, adoptó todas las malas causas de su generación sin saltearse ni una, aprobando todas las revoluciones sanguinarias, desde la cubana hasta la china. Siempre dispuesto a condenar a esos fascistas norteamericanos, Ronald Reagan y George W. Bush (no hay riesgo alguno en eso), ¿no sería acaso adecuado que también hubiera denunciado el fascismo de Mao Zedong? ¿O el de los islamistas? Por cierto, Günter Grass fue pacifista cuando no había que serlo, en la década de 1980; en esa época, François Mitterrand, pensando sin duda alguna en todos los Günter Grass alemanes, observó agudamente que los pacifistas estaban en el Oeste, pero que los cohetes estallaban bien al Este. Y cuando llegó la hora de la reunificación alemana, Grass se opuso para "preservar la herencia socialista" de la República Democrática Alemana. Se oponía, según declaró, a la colonización de la RDA por parte de los capitalistas de la República Federal Alemana.

Algunos insinúan que su pasado SS lo convirtió en rehén de la Stasi, los servicios secretos del Este. Ellos lo sabían. Le habrían dictado sus elecciones políticas, pero no es algo que podamos asegurar. Y, en 1988, cuando Grass pasó una temporada en Calcuta invitado por el gobierno local, escribió un libro, muy poco leído, absolutamente despectivo hacia los hindúes, que aparecen en la obra como una raza inferior. Un libro de extraño gusto. Pero los dibujos de Grass que ilustran el volumen son espléndidos, demostrando una vez más la discordancia entre el inmenso talento y la moral inexistente. Así, considerar a Günter Grass como una autoridad moral, el espíritu libre por excelencia, era -sin que fuera necesario esperar la revelación de su doble vida- un error evitable. Un error que, sin embargo, se ahorraron los alemanes que no son de izquierda. Ellos jamás santificaron a Grass: no porque se dijera de izquierda, sino porque estaba equivocado respecto de la realidad de su tiempo y de su gente. A aquellos que hoy confiesan su miopía, su error de juicio, o que intentan justificarlo, recordémosles que era posible no caer en el fetichismo de Grass, ni en Alemania, ni en el resto de Europa: no todos cayeron en eso. ¿A pesar del premio Nobel de literatura? O tal vez a causa del premio Nobel, un premio que, a menudo, demuestra un linaje dudoso. Todos no cayeron en ese error: el error de dejarse llevar por la corriente no es indispensable nunca.

¿Günter Grass es un asunto exclusivamente alemán? Sí, las SS sólo existieron en Alemania. Pero, ¿cómo evitar pensar en esa generación íntegra de intelectuales y de artistas que en Europa -en Francia, sobre todo- se autoproclamaron de izquierda, al punto de despojar de todo sentido al término, y que no dejaron de adoptar posturas morales ilustrando causas absolutamente inmorales? ¿Cómo hacer para no ver resurgir algunos espectros, los que ayer adoraron a Stalin y a Mao y que pronto llorarán a Castro? ¿Los que no vieron nada en Moscú, Pekín, La Habana, Teherán y Sarajevo? ¿Los que ahora ven en el islamismo una redención para Occidente? Todo ese ejército de espectros, a Dios gracias, no han dejado de equivocarse sobre el futuro. ¿La decadencia de Günter Grass suena como una cierta impostura esculpida en conciencia moral? Sin duda, suena a arrepentimiento.

Porque, más allá de este caso en particular, uno nunca desconfía lo suficiente de los artistas. Uno no desconfía lo suficiente del gran escritor y de la estrella que se abusan de su poder de seducción para propagar opiniones políticas, exclusivamente políticas pero disfrazadas de otra cosa. Nunca nos preguntamos lo suficiente si la postura mediática está basada en el conocimiento. O por el narcisismo, la moda, el gusto por escandalizar y el interés financiero. Nos protegemos del político mucho más porque se presenta a cara descubierta. Pero no nos protegemos lo suficiente del artista que está oculto tras su talento, sobre todo, cuando ese talento es grande: de los magos, maquillados de moralistas, jamás desconfiamos lo suficiente.

(Traducción: Mirta Rosenberg)


Si desea acceder a más información, contenidos relacionados, material audiovisual y opiniones de nuestros lectores ingrese en : http://www.lanacion.com.ar/opinion/nota.asp?nota_id=835265

0 Comments:

Post a Comment

<< Home